GUILLERMO F. SALAZAR HAGELSIEB
Después del debido proceso de asimilación, respeto y duelo, quiero expresar de la manera más pacífica y respetuosa, a las autoridades encargadas de la seguridad de este país mi pesar por los lamentables hechos de violencia, acaecidos la noche del pasado sábado en Uruapan, Michoacán, y por la debilidad oficial en temas de la salvaguarda de la seguridad de todos los mexicanos.
No podemos seguir normalizando esos eventos, relacionados con la violencia en México, el sábado fue en Uruapan, en una fiesta llena de familias y población en general, una fiesta tradicional de usos y costumbres, en aquella zona del país.
En medio de todo eso, de los preparativos para el evento en la plaza Morelos, resulta que unas personas «invisibles» entraron al municipio, según las investigaciones estuvieron hospedados en un hotel local por varios días,
¿Entonces, nadie se pudo dar cuenta lo que en realidad estaban haciendo y planeando esos forasteros de mala pinta?
Caray, las incongruencias que tiene el servicio público, la mal llamada «mesa para la estrategia de seguridad».
Y después de todo salen a decir públicamente que el finado alcalde Carlos Manzo Rodríguez, tenía asignados 14 elementos de la Guardia Nacional como escoltas.
Estamos de la… imagine usted amable lector lo que nos espera a la ciudadanía de a pie, la población promedio, que tenemos asignada una patrulla con cuatro elementos por cada diez o doce mil habitantes. ¿Qué esperar? Nada bueno de «la rimbombante estrategia».
La mentada estrategia a todas luces está reprobada, no pueden estar pasando las cosas que pasan en el país y pasan todos los días como si el país fuera «Reino Aventura», y salir en la mañanera a decirle al mundo que todo está muy bien.
¿Con qué clase de mexicanos creen los oficialistas que están tratando?
Nada más tocaré este tema una única vez.
Si las cosas fueran tan bien, como dicen por las mañanas, no hubiera pasado lo que paso este fin de semana en Uruapan.
Si las cosas fueran tan bien las carreteras del país serían seguras para transitar libremente a cualquier hora del día, y también de la noche, como antes de que llegaran los «Iluminatis» de 4@.
Si las cosas fueran tan bien no tendríamos al Gobierno de los Estados Unidos haciendo planes para bombardear puntos estratégicos para los terroristas mexicanos, y además en territorio nacional.
Si las cosas fueran tan bien no hubiesen entregado la soberanía del país a los terroristas a finales del 2018.
Si las cosas fueran tan bien la inflación y la escalada en los precios de la canasta básica no estarían como están hoy.
Si las cosas fueran tan bien la gasolina no costaría entre 24 y 25 pesos.
Y para acabar por el principio, si las cosas fueran tan bien, cada mexicano tendría la certeza, al salir por la mañana, que podrá regresar con bien a su casa, después de su jornada diaria.
Sin duda alguna hoy queda muy claro que jamás será lo mismo ser borracho, que ser cantinero.
La investigación sobre los atentados contra políticos, líderes citricultores y población civil, no deben quedar como siempre, únicamente en la estadística oficial, se tiene que investigar y se tiene que corregir la pésima estrategia implementada en México, desde noviembre del 2018, y vigente hasta el día de hoy.
No hay que tener mucha imaginación para entender el juego perverso, ese que juegan los miembros de la casta política de 4@. Lamentablemente no son lo mismo, no hay punto de comparación, aquellos eran inofensivos en comparación con estos farsantes fifís de 4@.
Todavía no se puede creer y entender cómo el lunes la Presidenta salió en la mañanera a lamentar los acontecimientos en Uruapan, por 45 segundos, y arremetió contra la derecha, la oposición, los comentocratas y anexas, por 17 minutos.
¿Alguien entiende a la dama?
Ahora dígame usted amable lector, si no son tonterías ese tipo de cosas pues la Presidenta fue la víctima por 17 largos minutos,
¿Víctima, Presidenta? ¿Será que vivimos en mundos diferentes?
No Presidenta, la víctima fue todo el país pues todo México sintió el atentado contra un buen servidor público, contra un patriota, contra un jefe de familia, que al igual que muchos, tuvo sueños, tuvo motivaciones, siempre para beneficiar a la gente, nunca para beneficio personal, siempre en beneficio de su ciudad, del interés social.
Q.E.P.D. Carlos Manzo Rodríguez.
Siguen los trabajos de bacheo
Bien por las cuadrillas que andan por toda la ciudad, reparando los baches que brotaron por todos lados, después de la temporada de lluvia.
Se les ha visto por la calle Berriozábal y por otros puntos de la capital.
Nos da gusto también los trabajos en la calle Diez, entre Berriozábal y Anaya, ya hacía falta la presencia oficial por ese rumbo.
Bien por los responsables de recorrer la ciudad para detectar las prioridades dentro de la planeación, en los trabajos de reparación de las calles capitalinas.
Nada más nos falta la rehabilitación de la red de agua potable y, honestamente, no los veo hablando del tema, para incluirlo en el presupuesto para el próximo año en Victoria.
Que no se les olvide, pues de nada serviría una segunda línea del acueducto si en la deteriorada red capitalina de distribución, se fuga más menos, la mitad del agua potable que llega desde todos sus afluentes, nunca olvidar aquel dicho acertado, que dice palabras más, palabras menos: «No se puede hacer lo mismo, esperando resultados diferentes».
Por mi parte… ¡Es cuanto!
